sábado, 4 de febrero de 2012

Microrrelato 1

Desde el momento en que decidí abrir este blog sabía que tarde o temprano podía acabar haciendo alguna confesión sobre mí. Me resisto a hacerlo, pero como preámbulo de lo inevitable, os adelanto que tengo cierta tendencia hacia la brevedad. No en todos los ámbitos, y como tampoco quiero extenderme mucho en explicaciones (para ser consecuente con las dos afirmaciones anteriores), sin más, subo (qué expresión más absurda) a mi blog, mi maldito blog, un microrrelato. Me gustan los microrrelatos, eso es lo que quería decir.

POR PARTES

El otro día iba andando por la calle, tan campante y feliz, cuando repentinamente se me desprendió un brazo. No me dolió nada, pero el hecho es que ahí estaba, tirado en el suelo algo que había formado parte de mí desde… toda la vida. Lo cogí y me lo llevé por si alguien me lo podía volver a colocar, aunque estas cosas nunca tienen buen arreglo. Llegué a mi casa, y en el ascensor me encontré con una pierna que habría perdido algún vecino sin darse cuenta. Abrí la puerta y me recibió mi suegra sin orejas. A su lado estaba Trapo, mi perro, al que le faltaba el rabo, por lo que no supe distinguir si estaba contento o no. Me senté en el sofá con cuidado de no aplastar la cabeza de la tía Dalia y pensé que algo extraño estaba pasando en el mundo.

5 comentarios:

  1. Sí, es cierto; tu mujer me comentó lo aficionado que eres a la brevedad... :)

    Bonito y kafkiano microrrelato. Me gustaría comentarlo más extensamente, pero se me han perdido por ahí un par de dedos y eso es muy incómodo a la hora de pulsar el teclado.

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    1. mientras no te pase lo que a la tía Dalia, no tienes excusa.

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  2. a mí no me parece tan extraño, hace tiempo que se me cayó la polla y ahora puedo andar mejor, sin parecer John Wayne.
    Eso es lo tuyo, el microrelato, pero mira a ver si consigues llegar a la perfección en el género (.......), jejeje
    Por cierto tu blog no me avisa cuando publicas, háztelo ver que soy muy despistado y no me acuerdo de las efemérides (pero siempre me acordaré de tu cumpleaños, otra cosa es que te felicite)
    Besos

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    1. ¿Mi blog no te avisa? no sabía que existía la posibilidad de hacerlo. Yo padezco mucho más con el tuyo: sigue sin aceptar las contraseñas que sucesivamente voy introduciendo. Si tengo tiempo, introduzco una nueva y sigo, si no, me pasa como a ti con tu felicitación de cumpleaños... ;-))). Cuídate que he oído que en Burkina Fasso hay tensiones

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